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Iberoamérica: las empresas lidian con el fraude y el robo

Informe de la Agencia Kroll

La consultora recomienda a las compañías mantener unos sistemas de seguridad óptimos, unos planes de despido adecuados y acometer 'due diligences' para adelantarse a fraudes.

Sacar adelante una empresa en América Latina puede, en ocasiones, convertirse en una difícil misión. Por ese motivo, consultoras de gestión de riesgo como Kroll se emplean en pertrechar a los emprendedores para prevenirles de cualquier problema económico o jurídico.

En su informe Tendencias de riesgo en Latinoamérica y estrategias para su gestión, al que ha tenido acceso EXPANSIÓN, Kroll analiza uno por uno los principales escollos con que se pueden topar empresarios e inversores. Dos de los más inquietantes son el incremento del fraude y el robo y el aumento de litigios entre distribuidores locales, socios comerciales y proveedores locales.

Respecto al primero, el estudio señala que las leyes latinoamericanas dificultan presentar demandes legales contra un ex empleado que ha cometido una infracción contra la propiedad intelectual, como la apropiación de documentos importantes o datos de contactos de los clientes.

Además, por norma general, las cláusulas de no competencia no son ejecutables en América Latina. Para hacer frente a estas contrariedades, Kroll aconseja a las empresas que deben asumir que los empleados descontentos intentarán cometer robos de propiedad intelectual para ofrecer a la competencia. Las compañías han de centrarse también en el diseño de sistemas informáticos seguros y protocolos de despido apropiados.

Sin escrúpulos
Los proveedores con el agua al cuello pueden acarrear problemas. Aquellos que padezcan una situación financiera difícil empezarán a sustituir los componentes de productos por los de peor calidad para reducir costes. Algunos, además, son tristemente conocidos por intentar engañar a sus clientes enviando menor cantidad de mercancía o facturando por duplicado, entre otras artimañas. En este caso, la consultora sugiere la instalación de sistemas de inventario y recepción de mercancía que garanticen la calidad de los productos.

La competitividad también puede conducir a comportamientos delictivos. Una mayor presión competitiva puede provocar que algunas empresas intenten atraer a los empleados clave de otra compañía, cometiendo al mismo tiempo infracciones contra la propiedad intelectual esencial de ésta. El consejo de Kroll consiste en la instalación de equipos que prevengan el robo de información clave.

Más:
http://www.expansion.com/2010/04/18/empresas/1271618015.html

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