La crisis eleva un 30% los intentos de fraude a los seguros
La crisis, la escalada del paro y los consiguientes apuros económicos de ciudadanos y empresas han provocado en los últimos tiempos una subida de entre el 10% y el 30% en los casos de intentos de fraude a las aseguradoras, según las estadísticas anuales de la Investigación Cooperativa entre Entidades Aseguradoras y Fondos de Pensiones (ICEA), que citan 4.331 casos detectados en Málaga en el año 2009 por los peritos de estas compañías, pero también agencias privadas de investigación, a las que recurren las compañías en casos que escapan a su alcance cuando existen dudas.
El sector reconoce que en épocas de crisis como ésta, las dificultades económicas llevan a personas, hogares o empresas a buscar con estas estafas algo de dinero extra, sin que respondan al perfil de timadores profesionales.
La estrella de los intentos de fraude son, sin duda alguna, los seguros de automóvil, que aglutinan 3.508 de estos casos, el 80% del total. La casuística usada por los pícaros abarca desde acuerdos con terceros para simular un choque y cobrar accidentes y reparaciones hasta partes y facturas infladas para elevar el reembolso de pólizas, además de simulación de lesiones más graves que las reales, según explica el director de programas de ICEA, José María Olazábal.
«Lo más normal son personas que se dan un golpe con el coche por, como ejemplo, ir a mucha velocidad, y que se ponen de acuerdo con un conocido para que digan que han sido ellos los causantes. Pero también hay casos más complejos: personas que quieren cambiar de vehículo y que, ante la imposibilidad de venderlo porque está viejo o defectuoso, simulan un siniestro total tirando el coche por un barranco», rememora Olazábal.
Muchos intentos de fraude se descubren porque, en realidad, estos aprendices de estafadores son en realidad bastante inocentes. «Se les descubre por las incongruencias del relato, porque su coche tiene en el golpe una pintura diferente del que dicen que les golpeó o está a una altura imposible», apunta.
Cervicales y mentiras de empresa
Eso por no citar el caso recurrente de los que exageran el conocido como latigazo de las cervicales cuando reciben un golpe por detrás y simulan un daño serio. La diferencia no es baladí: una indemnización de 300 euros se puede multiplicar por diez, hasta los 3.000.
Manuel Rosa, el presidente de la corporación Detectys de investigación económica, que tiene su sede en Málaga, recuerda haber seguido a personas que iban al juzgado con collarín y que cuando se montaban en el coche o llegaban al portal de su casa se lo quitaban y hacían movimientos con toda normalidad.
Tras los siniestros relacionados con los automóviles, los intentos de fraude en Málaga se centran en los seguros de responsabilidad y diversos, con 765 casos, donde las empresas cobran protagonismo. Hay casos, como el de una empresa de abonos que se inculpó de arruinar la plantación de una sociedad con la que estaba compinchada para que cobraran el seguro. Otra tipología, no tan habitual, es la de naves industriales que arden y reclaman la indemnización de la póliza correspondiente. A veces, el hecho de que «casualmente», el interesado haya retirado previamente la mercancía de más valor de la nave siniestrada o de que la empresa tuviese pérdidas declaradas hace que las aseguradoras alimenten sospechas que, después, sus investigadores, confirman.
El tercer bloque significativo es el de los seguros de salud y vida. Los 50 casos obedecerían, sobre todo, a fraudes en trabajadores autónomos que contratan una póliza de seguro por baja médica laboral. «Muchos cogen la baja médica, perciben el seguro y siguen trabajando en negro. Hay mucha economía sumergida», comentan desde el sector.
La tendencia es similar en toda España. En 2008 se detectaron 75.569 casos de fraude. Un año después las pesquisas con éxito subieron a 101.615, un 32,7% más, según las estadísticas anuales de ICEA. Esta asociación agrupa a las 21 principales compañías aseguradoras que operan en España y representan el 34,06% de las primas del seguro directo.
Trabajadores que investigan
En su informe sobre el fraude al seguro español correspondiente al ejercicio de 2009, ICEA defiende la inversión realizada por las aseguradoras para tratar de detectar el fraude. «Se observa un fuerte incremento en el rendimiento de la investigación (51 euros por cada euro invertido en investigación de presuntos fraudes, frente a 37 del año anterior).
El porcentaje de fraude evitado en relación con el importe inicial reclamado alcanza un 70%, en línea con años anteriores». No en balde, las investigaciones y pesquisas de las aseguradoras le han permitido ahorrarse 307,7 millones de euros el año pasado. De los 430,5 millones reclamados en inicio por las garantías de las pólizas, desembolsaron finalmente 122,7 millones de euros.
A su juicio, además de las aseguradoras, el principal defraudado en España es el Estado. Las bajas laborales ficticias están a la orden del día. «Hay asalariados que están de baja en su empresa pero trabajan en negro porque uno de los miembros de la familia se ha quedado en paro y necesitan ingresos».
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