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Un detective se querella contra Alberto de Mónaco

Un detective privado ha presentado una querella por “ruptura de contrato”, ante un juzgado de California, contra el príncipe Alberto de Mónaco, amenazando con revelar secretos sobre corrupción, sexo y “amistades peligrosas” si no recibe una “compensación” consecuente.
Robert Eringer (55 años), ciudadano norteamericano de origen inglés, afirma haber trabajado para el FBI y para Alberto de Mónaco, entre el 2002 y el 2007, y se dice víctima de un “despido irregular” tras haber realizado para el príncipe trabajos de seguimiento, espionaje, seguridad y asesoramiento en materia de tráficos ilícitos.


Eringer se considera víctima de un “despido irregular” y espera el pago de una “deuda laboral” difícilmente cifrable: los abogados del príncipe Alberto no reconocen oficialmente al personaje, niegan ningún tipo de relación oficial y denuncian un velado intento de chantaje.


Eringer describe por lo menudo sus relaciones personales con Alberto de Mónaco, instalado en un suntuoso apartamento del principiado, desde donde dice haber montado un “servicio de inteligencia” muy especial: investigación y seguimiento de personajes íntimos y personalidades instaladas en Mónaco – Monte Carlo, infiltración de la prensa, investigación de los circuitos utilizados para blanquear dinero, información sobre los hábitos íntimos (sexuales, amistosos, etc.) de personalidades muy diversas.


Según Eringer, Alberto de Mónaco lo habría nombrado director de un misterioso Mónaco Intelligence Service (MIS), que los abogados del príncipe consideran “inexistente”. El MIS habría trabajado a las órdenes personales del príncipe, con quien el detective afirma haber tenido relaciones amistosas desde 1991.


Eringer afirma haber realizado numerosos trabajos y “operaciones” de la más diversa índole, por cuenta de su “patrón”: “identificar tipos sucios que deseaban instalarse e investir en Mónaco”, “alertar al príncipe de ciertos descarríos de sus íntimos”, “descubrir intentos de infiltración de organizaciones criminales en Monte Carlo”.


Los abogados del príncipe Alberto afirma que “todo eso es un tejido de fabulaciones, sin fundamento”, reconociendo, sin embargo, que Robert Eringer tuvo durante algunos años una relación más o menos amistosa, sin prestación laboral de ningún tipo. Detalle que contesta el detective privado que ha presentado su querella en California.



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