Pages

‘Alquileres chantaje’: entran a un piso, desaparecen y extorsionan al dueño

Los caseros tienen la propiedad pero no la posesión de sus inmuebles. No entender esta sutil diferencia puede salir caro. Hace dos semanas, una mujer de 47 años se personó en un piso que su madre tenía alquilado para exigir a la persona que estaba viviendo en él que pagara el alquiler. Entró en la casa y se negó a abandonar la entrada hasta que el inquilino solventase su deuda. El presunto deudor llamó a la policía y la acusó de allanamiento de morada. La casera ‘justiciera’ fue condenada a seis meses de cárcel por la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Jaén.

Historias como la antes expuesta son ya lugares comunes para los bufetes de abogados especializados en conflictos inmobiliarios. En España hay 2,2 millones de hogares que viven de alquiler, y según varios expertos entrevistados por El Confidencial, la crisis ha provocado que muchas familias hayan dejado de pagar sus arrendamientos. La última moda no es dejar de pagar. Entrar en un piso, ‘desaparecer’ y extorsionar al dueño para que éste recupere su inmueble es lo último en morosidad de interiores. Los abogados lo llaman ‘alquileres chantaje’.

José Antonio Panadero, abogado del bufete Velázquez 27, considera que la situación ha mejorado bastante con la Ley 19/2009, de 23 de noviembre, de medidas de fomento y agilización procesal del alquiler y de la eficiencia energética de los edificios, la última reforma en materia de alquiler conocida más popularmente como la ley de desahucio exprés, y que sobre todo facilita la citación del inquilino moroso, la parte más ‘engorrosa’ del cobro forzado.

“Hemos llevado el caso de un restaurante cuyo alquiler ascendía a 2.500 euros al mes en una zona bastante céntrica de la capital. El inquilino lo cerró, se marchó a su pueblo y no pasó ni una sola mensualidad”. Casos como este hacían prácticamente imposible el cobro, ya que para poder empezar el proceso legal es imprescindible conseguir que la citación le llegue al moroso. “Al estar en paradero desconocido, tuvimos que poner detectives privados en el caso para encontrarle”, asegura Panadero. “El problema es que no se trata sólo los meses que no ha pagado, sino de todos los que mantiene el restaurante cerrado con la imposibilidad de que el dueño gane dinero con el local”.

En este caso, el inquilino desaparecido intentó negociar la devolución de las llaves con un acuerdo económico mediante el cual el dueño del local debía pagarle unos 7.000 euros y el asunto quedaría zanjado. Gracias a la investigación privada del bufete el presunto chantajista fue localizado y el restaurante pudo cambiar de mano y abrir al público tres años después. “Otros prefieren pagar y quitarse de líos –explica el abogado. A muchos, entre la lentitud del proceso judicial y los costes, les sale rentable ceder al chantaje”.

Más:
http://www.elconfidencial.com/sociedad/alquileres-chantaje-20100425.html

Imprimir artículo
btemplates
Related Posts with Thumbnails