El defraudador español: varón, directivo y con antigüedad en la empresa
La picaresca no conoce límites. El fraude en las empresas españolas ha crecido de la mano de la crisis económica. El último informe sobre delitos económicos y fraude empresarial realizado por Price Water House Coopers muestra que este tipo de delitos en nuestro país se incrementó en los últimos 12 meses un 53%, mientras que en Europa el aumento fue del 39,6% y a nivel global del 43%.
No obstante, en España el perfil de defraudador cumple con unas características peculiares. Mientras que en el resto del mundo este tipo de prácticas se da más entre cargos intermedios, el español es, en la mayor parte de los casos, varón, miembro de la alta dirección y con entre 6 y 10 años de antigüedad en la empresa.
“Cada dirección en su área de influencia encuentra distintas oportunidades de fraude”, explica a Cotizalia.com Javier López Andreo, director responsable de Forensic Services de PWC en España. “Se da más entre hombres que mujeres y se trata de personas conocedoras de las debilidades de central”.
Así, los casos que se ha encontrado la firma en su estudio anual conforman un amplio abanico de posibilidades a la hora de defraudar a la compañía y se pueden englobar, principalmente, en tres grandes grupos: apropiación indebida, sobornos y corrupción y manipulación contable. Este tercer caso es el que más ha crecido en el último año por el aumento de la presión con la crisis en la consecución de objetivos.
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